Con la llegada del verano, el jardín está llamado a acaparar buena parte del protagonismo por ser, generalmente, fuente de sombra y descanso entre las altas temperaturas. Pero la época estival es también un momento crítico para las zonas verdes, ya que el elevado nivel que marcan los mercurios y la falta de precipitaciones hace que sea necesario un mayor cuidado, prestando atención a los pequeños detalles para que nuestro jardín luzca perfecto.

Además de tener en cuenta la salud de plantas y árboles, hay que tener presente el bienestar propio, por lo que es recomendable el uso de protección solar, ropa cómoda y gorra o sombrero que proteja de los rayos solares. 

1. Previene plagas

Con la llegada de los meses veraniegos, la eclosión de vida en el jardín es general. Es por eso que se hace necesario anticiparse a lo que pueda suceder y tomar las medidas con antelación, para mantener las plagas a raya. Que esa invasión se produzca depende de varios factores que hay que tener en cuenta y que algunas veces se encuentran interrelacionados.

Lo fundamental es elegir bien la ubicación, con una correcta cantidad de iluminación, la existencia de plagas se reduce considerablemente. A su vez, el mantenimiento ejercido de una manera continua sirve para evitar cualquier proliferación no deseada, ya que la limpieza de ramas y hojas secas contribuye a reducir posibilidades de afección.

Para ayudar a prevenir su llegada, además de optar por especies propias de la zona, también puede ser interesante colocar plantas que ejerzan como repelentes naturales, como el tomillo y la lavanda. Siendo la última opción el uso de componentes bioquímicos.

2. Riega periódicamente tu jardín

En el jardín, los cuidados más importantes son aquellos que se convierten en costumbres y hábitos. Entre ellos, el riego es el eje sobre el que gira el resto de labores. Las aportaciones hídricas deben hacerse en su justa medida y de una manera equilibrada, tanto el exceso de riego, como la falta del mismo pueden dañar nuestro jardín. 

Cada planta indica por sí misma el nivel que necesita, por lo que habrá que tener muy en cuenta qué especies requieren de mayores cantidades de agua y cuales pueden salir adelante con menos aportación hídrica. 

Si la constancia es un aspecto esencial en el cuidado del jardín en verano, no es menos importante cuándo se hacen esos riegos a lo largo del día. Hay que evitar las horas centrales del día y en las que el calor todavía es elevado. Así, al hacerlo a primera hora el agua entrará de lleno en el ciclo de osmosis de la planta, en la circulación de la savia, y al hacerlo por la noche, la aportación durará más tiempo.

3. Elige plantas para el verano

Si es posible, las flores de jardín en verano tienen que ser resistentes a las condiciones propias de la época del año con más calor. De esta manera será más sencillo y más eficiente su cuidado durante esos meses, consiguiendo una imagen agradable y agradecida.

Entre las flores más recomendadas para la época estival se encuentran las petunias, las clavelinas, las buganvillas, las lavandas y las margaritas.

4. Agua en su justa medida

El riego es imprescindible, pero el exceso puede ser nefasto. De esta forma, el baldeo debe ser constante y en su justa medida, para que no desemboque en un ahogamiento de la planta.

5. Las horas

Si el riego llega a primera hora de la mañana, el agua entrará en el ciclo de circulación de la savia, pero el calor puede hacer que no sea óptimo. Si es a última hora de la tarde o por la noche, la humedad se extenderá durante más horas y calará de manera más profunda. Evitar siempre las horas centrales del día

6. Las plantas

Elegir las plantas adecuadas es sinónimo de éxito. Hay especies más adaptadas al calor y otras que se desenvuelven mejor en invierno. Si se opta por las primeras, el jardín y quien lo cuida lo agradecerán.

7. Aportaciones extra

Abonar el jardín en verano es una medida más que recomendable. En macetas, cada 15 o 20 días dependiendo del tipo de planta. En tierra, una vez al mes. En este punto, el tipo de nutrientes, si son orgánicos o químicos, también influirá en la frecuencia de aplicación.

8. Drenaje

El drenaje, como el riego, debe ser el más adecuado. Tan importante es que llegue el agua como que la sobrante no afecte a la salud de la planta.

9. Limpieza

El mantenimiento del jardín para evitar la aparición de malas hierbas es imprescindible. Se consigue así que las plantas no tengan rivales y que se reduzca el alimento para posibles plagas.

Las labores de cuidado del jardín, ya sea en verano o en otra época del año, se pueden confiar en expertos. Ponemos a tu disposición nuestra empresa de jardinería en Zaragoza, que forma parte de la Fundación Rey Ardid. ¡Descúbrela, nos adaptamos a las necesidades de tu jardín!

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