Desde el plano más sentimental, una de las características que da valor a la belleza de una flor puede ser la fragilidad. Esa sensación de que la imagen radiante e ideal es algo efímero, que dura poco tiempo y es pasajero. Para que ese esplendor se prolongue al máximo posible es necesario saber cómo conservar flores y aprender algunos trucos que den buenos resultados.
Antes de entrar en materia cabe especificar que, dependiendo de la época del año y del tipo de flor, la durabilidad del aspecto será mayor o menor. La temperatura, la luz, las necesidades de agua… Todo contribuye e influye.
¿Cómo se deben cortar las flores?
El primer paso, una vez que te pongas manos a la obra, es tener claro qué corte se debe de hacer a la hora de acertar en cómo conservar flores naturales. Para ello, es importante diferenciar los taños herbáceos de los más duros o lignificados. Si es herbáceo, el trazo que tenga el corte será menos relevante, aunque, de hacerse, debe ser igualmente con cuidado.
Si se trata de un tallo más duro y con esa consistencia cercana a la madera, lo mejor es un corte en bisel, con un ángulo que se aproxime a los 45 grados. Para ello, hay que hacer un corte deslizante y limpio y evitar las rupturas, ya que puede exudar savia, lo que a su vez puede obstruir el sistema vascular.
De esta manera se facilita la absorción del agua y de los nutrientes.
Consejos para conservar las flores cortadas
Si te preguntas cómo conservar un ramo de flores, para alargar la vida de este habitual regalo de cumpleaños, de aniversario o por un ascenso en el trabajo, puedes seguir esta pequeña muestra de consejos sencillos, pero efectivos.
Consejo 1: Jarrón y ubicación
Ante todo, por mucho que nos esforcemos en otros aspectos, el lugar donde vamos a poner esas flores es fundamental. De una parte, el soporte en el que descansen las flores será importante a la hora de que les llegue el agua correcta y se permita la oxigenación y la aireación de las hojas y los pétalos.
Y, por otra parte, el dónde esté colocado ese jarrón también es esencial en cuanto a la iluminación y temperatura que recibirá la planta en cuestión.
Consejo 2: Bicarbonato para conservar flores
Usar bicarbonato para conservar flores es un recurso habitual. Este se puede añadir en una cucharilla llena a 3/4 de capacidad por cada litro de agua y ayudará a que el agua permanezca limpia y transparente, ya que frena la formación de bacterias y partículas contraproducentes para la planta. Emplear una aspirina o gotas de lejía también ayuda.
Consejo 3: Cambio de agua
El cambio de agua permitirá renovar el principal sustento de la planta. Por eso es necesario cambiarla con frecuencia. Si es diaria, sería ideal, pero en caso de no poder hacerlo, el límite recomendado son tres jornadas con el mismo líquido.
Una vez cambiado, se puede añadir agua tibia, salvo para las rosas o las de bulbo, que agradecen que sea completamente fría. También se puede pulverizar agua sobre los pétalos, ya que estos necesitan de algo de humedad.
Consejo 4: Retirar las hojas marchitas o que contacten con el agua
Para conservar flores cortadas es importante la limpieza del medio en el que están. Así, es necesario quitar las hojas que estén al nivel del agua y retirar las que se están marchitando, lo que evitará la presencia de bacterias y microorganismos.
Consejo 5: Nutrientes fiables
Si tienes mucho aprecio por ese detalle, como puede ser alguno de los que se encuentra en las últimas tendencias en centros de flores, es muy recomendable comprar nutrientes en polvo para añadir directamente en el agua.
Mitos a la hora de conservar las flores
Paracetamol para conservar flores, vodka, bebidas carbonatadas… Los expertos evitan directamente utilizar este tipo de añadidos, que tienen más de mitos que de realidad. Si el objetivo es ahorrar, lo mejor es recurrir a lo que funciona y que está hecho especialmente para ello.
Otra leyenda muy extendida es la de colocar una moneda dentro del jarrón. Se trata de un recurso que puede ser más perjudicial que beneficioso, principalmente porque las monedas no son el mejor ejemplo de pulcritud.
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