Los Mayores del Centro de Día “Ciudad de Alfaro” de Grupo Rey Ardid, hacen frente a los calores propios de la estación estival, con actividades refrescantes y tradicionales que no hemos querido que cayeran en el olvido. Como en su juventud pudieron disfrutar de las riberas del río Ebro, más concretamente de sus Sotos.
El veintinueve de Junio, celebración de San Pedro en la localidad, los usuarios del Centro acudieron una vez más a disfrutar de la frescura de la frondosa vegetación que crece a orillas de este gran río. La situación geográfica de este municipio riojabajeño es privilegiada y da pie a pensar en lo correcto de su etimología.
Alfaro parece venir de la expresión árabe “Alfarah” que quiere decir faro, atalaya, desde la que se divisa (en este caso) el parque natural de Los Sotos del Ebro enclave privilegiado de gran riqueza natural. Rememorando la festividad tradicional de San Pedro las cuadrillas alfareñas acudían en tropel buscando sana diversión y frescura a esta zona, más concretamente, a los términos del “Chorro de la Nava” y “El Estajao”.
Era un día entrañable en el que compartían sus ricos ranchos regados con buen vino de esta tierra. Llegaban a la ribera del Ebro a través de engalanados carros con ramas y matojos que además les protegían del sol, que por esta época del año en estos lares, hay que señalar que pica con ganas…
Así bien pertrechados de agua, prismáticos, sombreros y protector solar tres mañanas en grupos pequeños, para una mejor atención, realizamos desde el Centro de Día nuestra salida al aire libre. Las riberas del tramo medio del Ebro albergan un curioso ecosistema de aves y bosques que fueron testigos de las caras de satisfacción de los excursionistas. Perdidos en este remanso de paz y bajo las sombras de sus chopos blancos, álamos, fresnos, sauces, y alisios observaron ensimismados garzas, milanos, martines pescadores, cormoranes, abubillas y por supuesto cigüeñas blancas, ave insignia, de este territorio. “Mira en el agua un visón europeo y, allí, una nutria. Sí permaneces atento y silencioso… verás zorros, conejos y hasta jabalíes”…
Para terminar diremos que la experiencia resultó muy gratificante quedaron con ganas de repetir y es que son pocos los que se resisten a esta naturaleza tan exuberante y cercana.
Para Fundación Ramón Rey Ardid es una prioridad que sus Mayores se integren en la vida sociocultural del municipio en el que viven y por ende como, en esta ocasión, en su rico entorno natural.