Aragón es la sexta comunidad con mayor población mayor de 65 años de España y su tasa de envejecimiento está por encima de la media nacional. Por eso la atención a este colectivo se ha convertido en una prioridad para muchas entidades del tercer sector, que dedican su trabajo a procurar una mayor calidad de vida las personas mayores.
La Fundación Rey Ardid es una entidad sin ánimo de lucro creada en 1991, con la vocación de atender, proteger e integrar en la sociedad a diferentes colectivos de personas vulnerables o en riesgo de exclusión social. Realiza su labor con una visión innovadora capaz de mejorar los procesos de inclusión y con un principio inamovible: situar siempre a las personas en el centro de sus actuaciones.
El área de mayores se crea en 1998 con la gestión de varias residencias en el medio rural, donde, todavía hoy, se concentra un gran porcentaje de población mayor en Aragón. A lo largo de estos años, esta sección ha crecido y evolucionado con el objetivo de ofrecer una atención integral e individualizada a los usuarios, basada en el modelo de atención centrada en la persona, en sintonía con las necesidades cambiantes de las personas mayores.
Para elaborar este plan, tal y como explica la responsable del Área de Mayores, María Vázquez, “es básico e imprescindible empatizar con la persona para comprender su perspectiva, la de los familiares que le rodean, y la de los profesionales que le deben atender para, así poder ofrecer la atención de calidad se merecen”.
Este modelo implica a todas las áreas de gestión del centro, desde la dirección hasta cada uno de los profesionales, a los que se forma específicamente en este sistema con la finalidad de poder aplicar el plan de atención individualizado. Así, todo el equipo del centro trabaja en la misma dirección y se implica desde el primer día guiándose por los principales valores de buen trato hacia las personas mayores: respeto, ética, tolerancia, reconocimiento y empatía.
Los profesionales que trabajan siguiendo este modelo se sienten más motivados en su puesto de trabajo, se dignifica y cualifica su labor asistencial y refuerza actitudes profesionales correctas y buenas prácticas.
En cuanto a los usuarios y sus familiares, sin olvidar que la persona está en una institución y debe adaptarse a ciertos cambios y normas establecidas, este modelo le ayuda a percibir en el menor tiempo posible la institución como su casa, respirando confianza y seguridad.
Por otra parte, dado el rápido envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades neurológicas como el Alzheimer y otras demencias la entidad está enfocando tanto sus recursos e infraestructuras como la formación de sus profesionales a una gran especialización y profesionalización en la atención de estas enfermedades. Prueba de ello son los nuevos recursos que la entidad ha puesto en marcha: uno de ellos en Teruel, que abrirá sus puertas a final de año con la aplicación de unas terapias pioneras, y otro en Zaragoza, que ya ha empezado sus obras. Huesca será la siguiente provincia en contar con un centro de mayores especializado en este tipo de cuidados, previsto para 2020.