El 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del Suicidio nos invita a reflexionar sobre las principales barreras que nos encontramos para prevenirlo. En este sentido, uno de los factores de riesgo, es la carencia de una vivienda digna.

El concepto de hogar va mucho más allá de las cuatro paredes que pueden protegernos del exterior. Es, en su esencia, un espacio de seguridad, pertenencia y estabilidad. Para muchas personas, tener una vivienda digna significa contar con un entorno que no solo les brinda bienestar físico, sino también emocional.

La importancia de un hogar estable

Un hogar estable puede ser un refugio en momentos de crisis. Tener un espacio protegido y seguro, es vital para prevenir situaciones de vulnerabilidad. Este sentido de pertenencia puede ayudar a las personas a sentirse conectadas con la sociedad, lo que les proporciona una vida digna donde la vivienda actúa como un factor protector.  

La vivienda y su impacto en la salud mental

La carencia de una vivienda adecuada puede dar lugar a situaciones de estrés, vulnerabilidad y desprotección, generando problemáticas relacionadas con la salud mental. Por ello, tener un hogar estable es mucho más que una necesidad básica; es un pilar fundamental para el bienestar emocional, social y psicológico de las personas.

Es importante que la red de apoyo social y familiar también considere la vivienda como un espacio donde las personas se sientan cómodas para poder expresar sus sentimientos y preocupaciones. Una comunicación abierta permite detectar señales de alarma tempranas y facilita la búsqueda de ayuda cuando sea necesario.

Los factores socioeconómicos desempeñan un papel crucial en la salud mental. La falta de un hogar estable y de recursos económicos puede llevar al aislamiento social y aumentar el riesgo de situaciones de crisis.

El Programa de Pisos como herramienta protectora

El Programa de Pisos es un recurso residencial comunitario para la rehabilitación psicosocial de personas con Trastorno Mental Grave.

El Programa de Pisos surge como respuesta clave a la problemática de Salud Mental, proporcionando a las personas un entorno en el que además de contar con un lugar para vivir, reciben acompañamiento y recursos necesarios para mejorar su bienestar físico, mental y social. Es un espacio donde se promueve la autonomía y la integración comunitaria, reduciendo aquellos factores de riesgo que están relacionados con las problemáticas de salud mental, como, por ejemplo, el aislamiento social, el suicidio, el aumento del malestar psicosocial, la sintomatología relacionada a la enfermedad, etc.

El enfoque que brinda el Programa de Pisos está relacionado con la creación de espacios protegidos donde las personas pueden interactuar y construir relaciones sociales, favoreciendo un lugar de pertenencia y participación plena en la sociedad. Esta red de apoyo puede ser la diferencia entre el aislamiento social y, el encontrar un espacio protegido donde sentirse seguro y acompañado, favoreciendo a la autonomía personal.

El derecho a una vivienda digna

En el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, es crucial recordar la importancia de fortalecer los programas que ofrecen apoyo a las personas en situación de vulnerabilidad. El Programa de Pisos más allá de ser un recurso residencial y comunitario, es una herramienta integral que fomenta la autonomía, la estabilidad y la integración social, y, mejora la calidad de vida de las personas.  Siendo estos factores protectores cruciales para la prevención de problemas de salud mental.

El acceso a una vivienda digna, acompañado de los recursos y acompañamientos adecuados, son medidas efectivas para garantizar que las personas reciban el apoyo que necesitan para enfrentar aquellas barreras relacionadas con la Salud Mental y, por lo tanto, reducir el estigma relacionado a ello. En este sentido, fomentar estos programas y promover su accesibilidad, dará lugar a una mejora del bienestar social de las personas.

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