Mi experiencia en el área de voluntariado de Fundación Rey Ardid.
El título no es un error, lo he llamado voluntaradio porque mis inicios en el voluntariado fueron en el taller de radio y he pregonado con orgullo desde entonces mi ayuda en la Fundación Rey Ardid, Club Social, Visiones y he colaborado poniendo en diferentes ocasiones voz a esta familia.
“Recibirás más cariño del que darás”
Mi madre
Esta frase me la dijo mi madre el primer día de empezar las actividades de voluntariado en la Fundación Rey Ardid
Lo había oído ya alguna vez y no es algo en lo que me parara a pensar.
Ni siquiera me paré mucho a pensar en ser voluntaria, ni de qué o dónde serlo.
Surgió, como algunas de las mejores cosas que me han salido bien en la vida por impulso.
¿Qué es para mi el voluntariado?
Voluntariado para mí es ayudar, compartir tiempo, ganas, aventuras, aprendizaje y crecimiento.
Soy feliz ayudando, eso hace ya tiempo que lo he sentido.
Me cuentan otros testimonios que la vida del voluntariado social es eso, ser feliz mientras ayudas sin darte cuenta del bien que haces a quienes les haces la vida más fácil, casi sin querer.
Llegué al máximo de este aprendizaje en una noche fresca en pleno junio de 2019 en Abejar, provincia de Soria.
Quisimos hacer una buena despedida de campamento mediante una gala llamada “Abejar tiene talento” pero había mucho más….
Contenido en pocas horas se resumió un agradecimiento de usuarios y voluntarios que en palabras y hechos nos regalamos entre todos. Nos mostraron los usuarios que lo que había era magia.
¿Qué me aporta el voluntariado a nivel personal?
Para mí lo mejor del voluntariado es haber podido conocer a personas maravillosas con una vida diferente a la mía.
Haber tenido la oportunidad de sentarme cada viernes en un estudio de radio en directo.
Poder ser una más de un grupo de personas con problemas de salud mental y poder entrevistar a gente con vivencias que merecen ser contadas a la vez que cada uno de nosotros superábamos nuestros miedos.
También es pedir que te rescindan una semana antes el contrato de trabajo porque te tienes que ir de campamento; o incluso llorarlo cuando el año anterior no pudiste ir por trabajo.
Ser voluntaria es haber aprendido a cocinar a la vez que los usuarios y ser una más.
Dar, pero sobre todo recibir, lecciones de humanidad y humildad.
Ser voluntaria es tener la capacidad de detenerte a apreciar “Vengo a la cena aunque no sea de este taller porque no sé cuándo volveré a verte y quería verte”
Valorar la importancia de las pequeñas cosas descubriendo cómo las grandes amistades surgen de los más pequeños detalles.
Ser voluntaria es crecer, aprender a disfrutar la vida con un plus de “llámalo como quieras pero sabes que aquí eres feliz”… y todo esto con un solo fin, querer ayudar.
Sí, mamá, me han dado más de lo que yo he dado, pero como Defreds, “casi sin querer”.
Y sí, también he hecho grandes amistades en estos casi 4 años.
No diré cómo entré a formar parte de esta familia, pero sí diré que estuve a punto de salir y no lo hice por una razón muy sencilla, porque sabía que si durante todo este tiempo nos hemos ayudado mutuamente podemos seguir haciéndolo.
Si estás pensando en ser voluntario, descubrirás historias y personas que os harán cambiar, aunque solo sea un poco, la visión de la vida que cada uno tenemos.
Y sí, ojalá hubiésemos durado al menos una temporada más en antena en la radio porque el voluntaradio me ayudó a verlos crecer como locutores de radio y como personas y eso es lo que siempre llevaré conmigo. Crecer como personas, juntos.
De eso se trata el voluntariado, de ver cómo crece aquello a lo que tú ayudabas que sin esa parte algo hubiese faltado, y el voluntario ha crecido a la vez.