Dar cuerda a lo que importa

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El proyecto Dando Cuerda nace de una alianza entre la Fundación Ramón Rey Ardid y la Escuela de Violería, con un objetivo claro: crear oportunidades laborales reales para personas con discapacidad dentro del área de salud mental, un colectivo que sigue enfrentándose a tasas de desempleo superiores al 80%.

¿En qué consiste el proyecto Dando Cuerda de Rey Ardid?

Pero esto no va solo de empleo. Dando Cuerda también pone en el centro la recuperación de un oficio casi desaparecido: la fabricación artesanal de cuerdas de tripa de cordero, esenciales para la música antigua. Una técnica tradicional que estuvo a punto de perderse, y que hoy recupera vida y sentido a través de una actividad que permite acceder al mundo laboral desde la diferencia, la dignidad y el deseo de construir futuro.

Gracias al saber de Joan Xandrich, el último artesano cordero del país, se formaron los primeros aprendices, se documentó el proceso y se establecieron estándares de calidad. Lo que parecía una rareza del pasado se convirtió en una posibilidad concreta de presente: una propuesta que une cultura, sostenibilidad, tradición y responsabilidad social.

Dando Cuerda no es solo un nombre: es una forma de dar espacio, dar valor, dar futuro.

Recuperación y fabricación de cuerdas para instrumentos

La fabricación artesanal de cuerdas de tripa de cordero es un proceso manual y delicado que requiere atención, paciencia y trabajo físico. Desde la limpieza y preparación de la tripa hasta el encordado, secado y acabado final, cada fase se realiza a mano, respetando los tiempos del material y cuidando cada detalle. El resultado no es solo una cuerda afinada, resistente y única, sino también la transmisión viva de un saber casi desaparecido.

Objetivo del proyecto social Dando cuerda

Dando Cuerda nació como una apuesta valiente por unir oficio, salud mental y memoria cultural. Hoy, el proyecto sigue creciendo y se abre en dos direcciones que se alimentan mutuamente: por un lado, el trabajo humano y cotidiano, que pone el foco en fortalecer al equipo, acompañar procesos personales y dar lugar a que cada persona se descubra capaz; y por otro, la consolidación del proyecto como iniciativa productiva, con la mirada puesta en la comercialización de las cuerdas y la posibilidad real de alcanzar la autofinanciación.

En cuanto a la vertiente comercial, hemos comenzado a abrir el camino en el mundo profesional de la música antigua. Estamos en contacto directo con músicos y lutieres especializados, quienes no solo testean las cuerdas, sino que las usan en sus instrumentos, aportando valiosos feedbacks para mejorar la calidad y adaptarlas a sus necesidades. Esta colaboración es clave para afianzar la reputación del proyecto y avanzar hacia la sostenibilidad a través de la venta real y el reconocimiento en el sector.

No hablamos solo de fabricar un producto: hablamos de recuperar un saber tradicional, de generar oportunidades de empleo, de inclusión social, participación, y de construir futuro con las manos, desde el hacer.

Estas voces no son cifras ni balances. Son fragmentos de lo que ocurre cuando el trabajo se convierte también en un espacio para crecer, reconocerse y formar parte.

Te invitamos a descubrir estas experiencias de primera mano.