Ante entornos donde los tejidos están sometidos a la contaminación por contacto y al uso continuado en situaciones que exigen los más altos estándares de seguridad y calidad, se necesitan soluciones que no dejen ningún lugar a la duda. En este contexto, las lavanderías industriales suponen todo un seguro a la hora de limpiar y desinfectar cualquier elemento.
En el caso concreto de la lavandería hospitalaria, estas exigencias se hacen no solo necesarias, sino totalmente imprescindibles, tanto en hospitales como en cualquier clínica sanitaria que quiera ofrecer un servicio adecuado a sus pacientes. Para poder cumplir con los requisitos normativos y de eficiencia propios del sector, es conveniente contar con un servicio de lavandería para hospitales que garantice profesionalidad y confianza.
Por ejemplo, en Fundación Rey Ardid ofrecemos un servicio de lavandería sanitaria en Zaragoza con el que, utilizando maquinaria y tecnología de vanguardia, actualmente procesamos tres toneladas de ropa al día. Estamos especializados en lavandería para hospitales y residencias, garantizando el cumplimiento de todos los procesos sociosanitarios asociados para asegurar una desinfección completa y profesional.
Por si tienes dudas, a continuación te contamos qué es la lavandería industrial hospitalaria, cómo funciona y por qué es tan importante para la seguridad y la salud de trabajadores y pacientes. Además, hablaremos de las principales fases y procesos que incluye un buen servicio de lavandería para hospital.
¿Cómo funciona la lavandería industrial hospitalaria?
La lavandería para hospitales es un servicio especializado que se encarga de la limpieza, desinfección, acondicionamiento y planchado de la ropa y textiles utilizados en centros sanitarios, como hospitales, centros de salud, clínicas y residencias. Su principal función es garantizar la higiene y la seguridad de dichos tejidos, evitando contaminaciones cruzadas en la ropa hospitalaria y manteniendo la calidad en la atención a los pacientes.
Por eso, el funcionamiento de la lavandería de hospitales es, recurriendo a un ejemplo muy gráfico, como el mecanismo de un reloj. Todo está coordinado y todo debe encajar a la perfección en un proceso con fases que han de cumplirse a rajatabla para evitar la llamada contaminación bacteriana.
Para ello, las instalaciones de este tipo, como las que tenemos en la Fundación Rey Ardid, necesitan distribuirse en dos áreas totalmente diferenciadas: la zona sucia y la zona limpia.
En la primera, generalmente habrá que contar con un espacio para la recepción de los textiles, otro para la clasificación y otro para el lavado propiamente dicho, que se realiza con potentes lavadoras industriales. En la zona limpia, habrá que establecer estancias para el secado, planchado, empaquetado, almacenamiento y envío de la ropa ya limpia y desinfectada.
Ambas zonas deberán estar separadas por una adecuada barrera sanitaria con lavadoras de doble boca, a través de tabiques impermeables a la humedad, el aire y el polvo. De la misma manera, es indispensable utilizar un sistema de ventilación adecuado, que controle la entrada, filtración, salida y ritmo de intercambio del aire.
La importancia de desinfectar correctamente los textiles
En una lavandería de hospital, la limpieza exhaustiva de la ropa es una cuestión de máxima prioridad y una exigencia imprescindible para garantizar la salud y seguridad de empleados y pacientes. Todos los tipos de ropa hospitalaria, desde sábanas hasta batas y uniformes, deben ser tratados como potencialmente contaminados, dado que pueden portar microorganismos patógenos que, si no se eliminan eficazmente, pueden ser fuente de infecciones.
Por esta razón, la desinfección debe realizarse siguiendo procesos rigurosos y normativas específicas para el sector. En España, la norma UNE-EN 14065 establece un sistema de gestión para controlar la carga microbiológica en lavanderías hospitalarias, definiendo procedimientos para minimizar los riesgos. Además, existen manuales y documentos técnicos, como el publicado por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), que ofrecen recomendaciones sobre aspectos clave como la temperatura del lavado, los tiempos mínimos y los productos químicos autorizados para la limpieza y desinfección en lavanderías hospitalarias, complementándose con la normativa europea y estatal vigente.

Para conseguir un correcto proceso de lavado y desinfección que elimine bacterias y microorganismos indeseados al mismo tiempo en que asegura la máxima conservación del textil, se utilizan programas de lavado durante al menos 15 minutos para eliminar la mayoría de los microorganismos peligrosos, aunque siempre se tiene en cuenta la sensibilidad del tejido antes de ajustar la temperatura para evitar dañarlo.
Además, en Fundación Rey Ardid contamos con lavadoras de barrera sanitaria que garantizan la separación entre la ropa sucia y la limpia durante todo el proceso de lavado. Estas lavadoras están diseñadas para evitar la contaminación cruzada, ya que disponen de compartimentos independientes para la carga y descarga de textiles, algo fundamental para mantener los estándares de higiene y seguridad en el entorno hospitalario.
Este proceso se completa además con los pertinentes controles de calidad microbiológicos que verifican la efectividad de la desinfección y garantizan que los textiles estén completamente libres de microorganismos nocivos antes de su uso.
Maquinaria y procesos necesarios
Una lavandería para hospitales es un servicio complejo y altamente especializado, en el que cada etapa se diseña para minimizar el riesgo de contaminación y asegurar que el proceso cumple con la normativa sanitaria. A continuación, detallamos las principales fases y equipos que intervienen en este servicio tan importante para centros de salud y hospitales:
Recogida de las prendas
Dado que buena parte del riesgo de contaminación de la ropa se produce durante la manipulación de la misma, es esencial seguir protocolos estrictos durante la recogida de las prendas que eviten la contaminación cruzada entre ropa limpia y sucia.
Para ello, es importante que la recogida de los textiles sucios se haga en bolsas o contenedores herméticos y diferenciados para impedir el contacto directo entre prendas, garantizando así la seguridad en el proceso desde el primer momento.
Transporte y trazabilidad de la ropa
En una lavandería industrial para hospitales y clínicas sanitarias, el transporte de la ropa es una fase donde la seguridad y el control juegan un papel fundamental. Al igual que en la fase anterior, se debe garantizar una adecuada separación entre la ropa limpia y sucia, pero en los últimos años también se hace especial hincapié en la trazabilidad de las prendas.
Gracias a las nuevas tecnologías, es posible garantizar la transparencia y el control durante cada paso del proceso, y es que el cliente puede comprobar de primera mano el estado de sus prendas a través de una app, desde la entrega hasta la recogida. Este nivel de control asegura una gestión más rigurosa y eficiente, permitiendo reaccionar con rapidez ante cualquier incidencia y ofreciendo una garantía adicional de calidad.
Pero además, también es importante atender a la organización de la ropa y la lavandería en los centros sanitarios, lo que implica de nuevo establecer zonas diferenciadas para la ropa limpia y sucia, con circuitos separados para evitar el contacto directo. Además, los textiles deben almacenarse en condiciones adecuadas, protegidos de la humedad y el polvo.
Lavadoras de doble boca
Llegado el momento del lavado, la maquinaria más importante de cualquier lavandería para hospitales son las lavadoras industriales, que han evolucionado considerablemente en capacidad y tecnología para responder a las demandas del sector sanitario.
En particular, las lavadoras de doble boca, también conocidas como lavadoras de barrera sanitaria, permiten cargar la ropa sucia por un lado y descargar la ropa limpia por el otro, sin que ambas partes entren en contacto. Además, el proceso funciona bajo el principio de marcha hacia adelante, que consiste en organizar el proceso de manera lineal y unidireccional, de forma que la ropa sucia entra por un extremo y avanza continuamente a través de las distintas fases de lavado, sin que la ropa limpia pueda volver a entrar en contacto con la ropa sucia en ningún momento.
Estas máquinas están diseñadas, además, para lavar todo tipo de tejidos y prendas hospitalarias, desde sábanas hasta uniformes, asegurando el lavado y desinfección de la ropa sin que esta sufra daños.
Secado, planchado y plegado
A continuación, llegan las fases de secado, planchado y plegado, en las que la ropa recupera su aspecto y se prepara para un uso inmediato. En primer lugar, se emplean calandras industriales diseñadas para manejar grandes volúmenes de ropa plana, realizando el secado, planchado y plegado en un único proceso. En segundo lugar, se utilizan secadoras industriales, cuya capacidad y programas se adaptan a las necesidades en cada caso.
Por su parte, el planchado industrial utiliza tecnologías avanzadas para eliminar cualquier arruga y conseguir un acabado profesional, fundamental para mantener tanto la funcionalidad como el buen aspecto de las prendas. En particular, la ropa de forma en la lavandería –los uniformes y prendas del personal sanitario– requiere un cuidado especial durante esta fase para conservar su estructura, forma y durabilidad. Finalmente, en el caso de la Fundación Rey Ardid el plegado se realiza manualmente para asegurar un acabado perfecto.
Empaquetado y envío
Las últimas fases son las de empaquetado y envío de la ropa hospitalaria, donde se garantiza que las prendas lleguen en perfectas condiciones al centro sanitario. Para ello, las prendas se flejan en paquetes, en función de las necesidades del cliente, reduciendo de esta forma el consumo de plástico. Posteriormente, se colocan en jaulas cubiertas que aseguran su protección contra la contaminación durante el transporte. Además, cada jaula se etiqueta para facilitar la identificación, control y trazabilidad de los lotes.
Una vez preparada la ropa, el envío debe realizarse con las mismas garantías de higiene y seguridad que se han tenido presentes a lo largo de todo el proceso. En la Fundación Rey Ardid contamos con un servicio de entrega y recogida puerta a puerta, adaptándonos a los horarios de cada centro hospitalario para asegurar la máxima puntualidad en las entregas.
Como garantía de nuestro buen hacer y nuestro compromiso con la calidad, en la Fundación Rey Ardid obtuvimos el sello Aragón Circular. Se trata de un distintivo de reconocimiento público para empresas, administraciones locales y entidades que, como nosotros, estamos comprometidos en un modelo de economía circular y un desempeño de buenas prácticas y actuaciones de mejora de su circularidad. Todo ello, bajo “el marco de una gestión excelente, innovadora y sostenible, que cumpla los requisitos establecidos, además del cumplimiento estricto de las obligaciones legales vigentes”.
Infórmate ya sobre nuestro servicio de lavandería hospitalaria en la Fundación Rey Ardid. Ponte en contacto con nosotros y descubre todo lo que podemos hacer por ti.



