Las flores y la Navidad son dos conceptos asociados de manera muy íntima, especialmente, por la flor de pascua y el muérdago, dos clásicos indispensables en estas fechas. En este artículo te contamos todo lo relativo a las fechas navideñas y las flores como un elemento único para llenar de color estos días tan especiales.
El color, sobre todo el rojo, la celebración y el afecto están muy presentes durante las navidades, unas fiestas tradicionalmente de reencuentro con los seres queridos que sirven para despedir de la mejor manera el año.
En ese contexto, las flores contribuyen a que el hogar se convierta en un espacio de celebración único. El típico muérdago, decorando el belén o las puertas de la casa, y la flor de pascua, con sus tonos intensos y formas elegantes, evocan con solo un vistazo a estas fechas. Y, como regalo, son un detalle que simboliza vida, cuidado y cariño.
Las dos flores más conocidas de la Navidad son, como ya se ha nombrado con anterioridad, el muérdago y la flor de pascua. El primero tiene una bella y antigua historia detrás y la segunda, una leyenda a la altura de su popularidad.
Flor de pascua
La flor de pascua o flor de Nochebuena (Euphorbia pulcherrima) es una especie originaria de México, aunque en Europa se conoce desde aproximadamente el siglo XVII. A pesar de que sus colores más característicos son el rojo y el verde, cuenta con más de cien variedades y distintas tonalidades.
Su leyenda cuenta que llegó al mundo de la mano de un niño pobre. Este pequeño quería participar en la costumbre de obsequiar en Nochebuena en su iglesia al niño Jesús. Sin embargo, nunca podía, ya que su familia tenía tan pocos recursos que no se lo podían permitir.
Al ver todos los regalos que sus vecinos llevaban, el niño rompió a llorar. Fue de sus lágrimas de donde brotó la flor de pascua, que se convirtió en el obsequio que tanto anhelaba entregar a Jesús.
Como buena leyenda, tiene variaciones, como la que cuenta que fue un grupo de niños el que la cogió de un jardín para entregársela a Jesús en Navidad y Dios, al conocer el gesto, decidió colorearla de su característico tono rojo.
Sin embargo, y más allá de leyendas, parece ser que fue un sacerdote mexicano el que comenzó esta tradición navideña al decorar su iglesia con la característica flor allá por el siglo XVI.
Muérdago
Como no podía ser menos, el muérdago (Viscum album) también tiene su propia leyenda. En este caso, hunde sus raíces todavía más atrás en el tiempo. En concreto, parte de la cultura celta, que asociaba esta planta con la fertilidad y la protección.
Sin embargo, en el siglo XVIII comenzó a forjarse una historia alrededor del amor. Fue en las zonas escandinavas donde corrió la costumbre de no negar un beso si los jóvenes se encontraban bajo la planta.
Y, de regreso a su sentido celta -aunque también parece que tuvo este rasgo en la cultura griega- el muérdago se sitúa colgado como protector frente a calamidades; una planta que, por cierto, no ha de tocar el suelo una vez cortada, según la tradición.
Más allá de la flor de pascua y el muérdago, dos regalos perfectos para las fechas navideñas, existen muchas posibilidades para alegrar estos días, como por ejemplo los centros de flores de Navidad.
Perfectos para, por ejemplo, decorar una mesa, los centros son un complemento ideal para llenar de color y magia el hogar en estos días.
Como sucede con los centros, los ramos de flores de Navidad también son un regalo genial para estas fechas. Ya que, ¿hay mejor manera de felicitar las navidades a un ser querido que con un buen ramo?
Y, trascendiendo al reino vegetal, todas estas flores se pueden combinar con otros elementos de la época, como adornos de bolas del clásico árbol de Navidad, frutos o piñas. Una combinación perfecta para ambientar el hogar.
Con todos estos elementos, la duda sobre si regalar o no flores en navidades está completamente despejada: Sí. En el caso de que estés pensando en optar por esta alternativa, en la Fundación Rey Ardid te podemos asesorar para que encuentres el mejor regalo navideño en nuestra floristería en Zaragoza.