La formación continua o de carácter permanente es un elemento clave y fundamental para que el funcionamiento de una empresa o negocio de cualquier tipo se mantenga en el tiempo, permitiendo una mayor permeabilidad ante la evolución de la sociedad y facilitando la incorporación de mejoras y avances. 

Se trata por tanto de un aprendizaje dinámico y en progreso constante que va más allá de los programas reglados estandarizados. Es una herramienta que necesita de un esfuerzo común: responsabilidad individual para seguir el proceso y facilidades en la compaginación con la actividad habitual.

¿Qué es la formación continua?

Según el Instituto Nacional de Estadística para saber qué es la formación continua es necesario abrir el campo de visión ya que comprende todo tipo de enseñanza realizada a lo largo de una vida: desde la de carácter general, como la profesional y personal. Ya sea por sistemas formales de educación como a través de otras actividades no formales. 

Por todo ello, los cursos de formación continua son un elemento muy extendido en el ámbito laboral y se adaptan a gran parte de las necesidades de tiempo y modalidad. De esta forma se facilita llegar a un amplio espectro de la población, ya esté empleada o en plena búsqueda de un trabajo. 

Tipos de formación continua

La formación continuada o permanente, por lo tanto, puede tomar distintas formas y realizarse por diversos itinerarios. Algunos de los más habituales son:

1. Programas académicos

Los títulos de grado, máster y doctorado son, quizá, los programas que acumulan una mayor necesidad de horas para llevarse a cabo. Son, sin embargo, la punta del iceberg, ya que dentro del ámbito académico también se encuentran otros itinerarios como la formación profesional o la formación para preparación del procedimiento de evaluación. Por otro lado, aunque no equiparable, distinguimos la acreditación de competencias (PEAC) por formación no formal o los certificados de profesionalidad, en su mayoría subvencionados.

En la actualidad, la formación profesional en Zaragoza, y en muchos otros lugares de España, es una de las alternativas. Con mayor demanda, por su alta empleabilidad y carácter práctico. En la Fundación Rey Ardid disponemos de diferentes grados medios y superiores para continuar tu formación.

2. Formación complementaria

Se trata de programas adaptables tanto en duración como en lugar y forma de llevarlos a cabo. Su extensión puede extenderse de 4 a o 8 o 30 horas, dependiendo del grado de especialización que se quiera alcanzar en cada caso. Es habitual que se puedan hacer de forma presencial -en centros específicos o en la modalidad in company– o a través de la modalidad online. Pueden se bonificables.

3. Formación para profesionales

Son modalidades especialmente enfocadas para un colectivo de actividad, lo que permite ahondar en cuestiones cambiantes de forma habitual en ámbitos muy ligados a la evolución tecnológica. 

4. Formación subvencionada

Esta modalidad viene respaldada por organismos públicos y abordan los ámbitos más dispares con el objetivo de alcanzar la mayor repercusión posible en su implantación. Pueden ser desde programas en el ámbito de la gestión, a la orientación laboral, las competencias digitales o la gestión ambiental, entre otros. 

5. Formación colaborativa

Es el modelo que se basa en la colaboración entre trabajadores de una misma compañía, ya que se imparte desde dentro y con los recursos propios. 

6. Formación puntual

La asistencia a charlas, talleres y ponencias es otra de las alternativas que hace posible adquirir nuevos conocimientos y descubrir nuevos conceptos de una manera más directa y rápida.

Beneficios de la formación continua

La formación continua se trata, por tanto, de una actividad que siempre contribuye en positivo y que no supone ni una merma ni una rémora para la persona que participa en ella. Todo lo contrario: mejora al profesional de manera individual y al conjunto, de una y de más empresas y negocios.

Entre los beneficios de los cursos de formación para empresas están, entre otros:

  • Nuevas habilidades y mayor capacitación
  • Más motivación para afrontar retos de mayor complejidad
  • Posibilidad de promoción interna y de nuevas perspectivas laborales
  • Mayor productividad, competitividad y rentabilidad

¿Quién puede recibir formación continua? El acceso a la formación permanente o continua es universal, ya que cada programa, por norma general, puede adaptarse a los requisitos profesionales, académicos y temporales de cada persona. Así, los hay específicos para trabajadores en activo y también para quienes están en situación de desempleo.

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