La muerte de un ser querido marca el inicio de un proceso inevitable, el duelo. A pesar de lo dolorosa y triste que puede resultar esta situación, conocer a fondo el proceso y saber en qué consiste puede ayudar a sobrellevarlo de la mejor manera posible.
El sentimiento de pérdida, la sensación de cambio y la tristeza son emociones intensas muy presentes durante el proceso del duelo. Cuando un ser querido muere, resulta de gran ayuda contar con una guía que oriente acerca de cómo enfrentarse a esa situación irreversible de una forma natural y normalizada.
Como en todos los aspectos de la vida y de la muerte, cada persona experimenta las situaciones con distinta intensidad; debemos entender el duelo como un proceso individual en el que cada uno mide sus tiempos y cada paso es respetable.
El duelo, desde el punto de vista psicológico, se define como el proceso psicológico consecuencia de la muerte o desaparición de personas queridas. Para algunos especialistas este concepto puede ampliarse a cualquier pérdida, más allá de un ser querido. Es decir, es un proceso natural que acompaña a toda pérdida.
El duelo cumple una función adaptativa, que nos ayuda a asimilar la pérdida y a acostumbrarse a la vida sin esa persona. En estas situaciones es difícil establecer tiempos fijos de superación de las diferentes etapas, sin embargo, los expertos hablan sobre periodos de uno o dos años, destacando como clave la superación del primer aniversario de la muerte y otras fechas señaladas.
Durante el duelo se distinguen varias fases principales, aunque esta división varía según el criterio de diferentes autores.
- Fase de negación: como mecanismo de defensa para evitar el dolor cuando se pierde un ser querido, se construye una barrera defensiva mediante la cual se intenta autoconvencer de que ha habido un error. Esta negación representa la búsqueda de tiempo para asimilar la situación y tomar conciencia de la realidad. Normalmente esta reacción involuntaria es una forma de aplacar el primer impacto ante la pérdida de un ser querido.
- Fase de ira: es otra etapa muy común en el duelo. Cuando la persona se da cuenta de la realidad se enfada y se rebela contra la situación. Rabia, enfado y rechazo ante la situación llevan incluso a culpabilizar a la persona que se ha ido o a buscar responsables de la pérdida y de esa injusticia.
- Fase de negociación: es una fase en la que se llegar a negociar la realidad acordando tratos con la vida, con el médico, con uno mismo o con entes superiores… tratando de revertir la situación. Es una fase relativamente breve que, al igual que otras, pretende aliviar el sufrimiento.
- Fase de depresión: este punto va unido al desgaste provocado por los anteriores. Los intentos de alejarse de la realidad y evitar enfrentarse al dolor de la pérdida se agotan y aparecen sentimientos de tristeza, derrota, desánimo… La conciencia de esta situación es el primer paso para salir de ella.
- Fase de aceptación: es la culminación de las etapas anteriores. Una vez se han vencido los pasos previos controlando y asimilando los sentimientos se puede llegar a aceptar la muerte del ser querido afrontando una nueva vida sin él.
Como siempre y ante cualquier adversidad, os recomendamos siempre contar con el apoyo de un profesional. En el área de atención psicológica de la Fundación Rey Ardid ofrecemos apoyo a familiares en distintos aspectos.